¿No tienes un horno de leña en casa? Qué raro. Por suerte, en El Amasadero sabemos un truco para emular sus resultados en cocinas de tamaño y prestaciones un poco más humildes que las del Palazzo Reale.
Estamos hablando de la Celsius, una plancha de acero inoxidable irrompible (y, si hacéis caso de nuestra opinión, imbatible) que, con la potencia de un horno doméstico, consigue resultados inimaginables gracias a su capacidad para acumular calor. Muchísimo calor.
Así logrará que tus masas de pan crezcan como nunca lo habían hecho y que tus pizzas se parezcan a las de cualquier trattoria de tu ciudad (no, no vamos a tirarnos tanto el moco de igualarnos con un pizzaiolo napolitano y, además, en Italia este tipo de restaurantes no suele servir pizza).
Cómo funciona la Celsius
El mecanismo no tiene mucha complicación: con el horno a máxima potencia, esta placa de 40x35,5 centímetros y 6 milímetros de grosor acumula una gran cantidad de calor, que transmite directamente a la base de tu hogaza, de manera que el gas del leudado y el vapor del agua de la masa se expanden antes de que la corteza quede cocida, facilitando que la pieza gane volumen.
Y, si hablamos de una pizza, ya sabemos que la alta temperatura y el tiempo corto del horneado son la clave para que el resultado se parezca mucho al profesional, con ese deje tostadito que tanto echamos de menos en nuestras incursiones caseras.
El intríngulis de la Celsius está en el material, capaz de acumular altísimas cotas de calor si se le deja el tiempo suficiente. Para usarla, deberás introducirla, en el horno –en la mitad superior si es para pizza y abajo para panes– y dejar que caliente a a 220-250º durante 45 minutos, antes de colocar sobre ella la masa tal cual, sin necesidad de papel de horno ni nada.
Después, no tendrás más que seguir las indicaciones y los tiempos de tu receta. ¿Que te pide vapor? Nada tan fácil como colocar un par de hielos sobre la Celsius justo después de meter la masa y ya lo tienes, sin tener que “cocinar” piezas metálicas y regarlas durante el horneado para conseguirlo (una práctica bastante engorrosa y un poco arriesgada, si lo piensas).
Ventajas sobre la piedra de horno
No te vamos a engañar: la plancha pesa. En concreto, alrededor de seis kilos, que no es poco para su tamaño pero tampoco algo inasequible. Pero no es por capricho: es precisamente la densidad del acero lo que permite que llegue a acumular (y transmitir) todo el calor que necesitamos: a menor peso, menos calor y menos pizza maravillosa.
Además, su material es lo que la hace prácticamente eterna y muy fácil de mantener.
Al contrario que con las piedras de horno –el otro mecanismo para aumentar el calor “natural” de tu aparato de cocina–, esta placa metálica no tiene riesgo de resquebrajarse ante cualquier golpe o cambio brusco de temperatura. Puedes ponerla bajo el grifo justo después de usarla y no le pasará nada.
De hecho, incluso puedes colocarla directamente sobre el fuego y cocinar sobre ella al estilo de la plancha japonesa para marcarte unas brochetas o un teppanyaki, o algo más occidental, si se te antoja (¿Unos espárragos a la plancha?¿Mejor hamburguesas…?).
Entonces, lo único que tendrás que hacer es cuidarte de no agarrarla con la mano mientras esté caliente, ni dejarla caer encima de un pie o sobre las losetas del suelo de la cocina, pero ya no pensabas hacerlo, ¿no?
... y además es fácil de limpiar
Una vez que enfríe, su limpieza no tiene mucho misterio: agua, jabón y estropajo para frotar lo que haga falta sin miedo a rayarla o estropearla.
¡Ojo! No te olvides de retirar el plástico protector antes de utilizarla por primera vez y de darle un primer lavado. Y no te preocupes si, con los usos, va perdiendo el color cromado: es lo normal en el acero inoxidable sin tratar.
Además, si te fijas, verás que una de las caras es más basta y está menos pulida que la otra, debido al método de fabricación, que por cierto se desarrolla en España: puedes emplear indistintamente cualquiera de los dos lados. Recuerda que no la compras para mirarte en ella, sino para conseguir panes o pizzas estupendos, y para eso está diseñada.
¡Importante! Retirar el plástico protector y lavar con agua y jabón antes de usar.
¿A qué altura se recomienda utilizarla para pizzas y para panes?
Para pizzas, recomendamos la parte superior del horno. Para panes, la inferior.
¿Cuánto tiempo la tengo que precalentar?
Enciende el horno a la máxima potencia (220-250º), mete la plancha y deja que se caliente durante 45 minutos.
¿Es necesario poner papel de hornear?
No. Pon tu pizza o pan directamente sobre la plancha y ólvidate del papel. Si se mancha, la lavas y listo.
¿Se puede utilizar para otras elaboraciones?
Sí. La puedes directamente sobre un fuego (gas o brasas) y usarla como plancha. Si la metes en el congelador, tendrás una mesa fría.
¿Por qué hay una cara viene con un acabado más basto?
Durante la fabricación es necesario apoyar las planchas en bastidores para poder pulir la cara bonita. Dejar ambas caras con el mismo acabado encarecería el producto y consideramos que no es necesario. De todas formas, puedes utilizar tanto una como la otra.
Por otro lado, ten en cuenta que la plancha siempre va a presentar algunos arañazos o rayadura superficial. El acero se trabaja sobre clavos y es imposible evitar que aparezcan pequeñas marcas. No afectan al resultado final de las elaboraciones ni a la correcta conservación del producto.
Dimensiones: 40x35,5 centímetros.
Espesor: 6 milímetros.
Peso total del producto: 6 kilos.
La plancha Celsius es un producto fabricado en España y registrado como modelo de utilidad por El Amasadero.
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